La semana de colores, de Elena Garro
armando ponce

México, D.F.,12 de marzo (apro).- Una magnífica reedición del famoso libro de cuentos de Elena Garro, La semana de colores, está por poner en circulación Editorial Porrúa, con un diálogo previo de Helena Paz Garro, la hija de la escritora y del poeta y ensayista Octavio Paz.

La representante de las obras de la Garro y su biógrafa, Patricia Rosas Lopategui, además de esta conversación, realiza una ficha biográfica de la autora de Los recuerdos del porvenir.

La Colección Cuántos leen… de Porrúa, bellamente empastada en libro de bolsillo, de 267 páginas, ofrece los 14 cuentos de Garro, comenzando por el ya clásico en las letras mexicanas La culpa es de los tlaxcaltecas, al cual le siguen El zapaterito de Guanajuato, ¿Qué hora es?, La semana de colores, El día que fuimos perros, Antes de la guerra de Troya, El robo de Tiztla, El duende, El anillo, Perfecto Luna, El árbol, Era Mercurio y Nuestras vidas son los ríos.

Los editores califican estas historias “al mismo tiempo inquietantes, aterradoras y bellas en las que la existencia y la inocencia de sus personajes se llenan de grietas por donde se cuela, cegadora, una luz profana y desvanece la realidad, la verdad fatua de la humanidad. Son seres que se sumergen en un sueño para no regresar nunca a la vigilia.

“Elena Garro demuestra con esta obra que la lucidez poética es un antídoto contra los dogmas de la razón, que la locura no es otra cosa sino exacerbada conciencia. Su prosa la ubica como escritora única en la escena de la literatura mexicana del siglo XX, como una presencia a veces incómoda que desde su mirada escéptica y transgresora se acerca a una reflexión sobre la vida, donde se percibe, más que comprensión, sensibilidad metafísica.”

Rosas Lopategui repasa con Elena Paz cada uno de los relatos. Detenidas en La culpa es de los tlaxcaltecas, se produce este intercambio de ideas. A la pregunta de si recuerda cuándo lo escribió, la hija señala:

“Sí. Pero antes, debo aclararte que mi mamá no me explicaba sus cuentos. Me decía: ‘Son muy malos. No los leas”. Recuerdo que La culpa es de los tlaxcaltecas surgió a raíz de un pequeño viaje. Mi mamá fue a Cuitzeo con Archibaldo Burns para ayudar a unos campesinos. Cuando regresó se puso a escribir ese cuento tan profundo, que a mí me fascina. Esto fue a finales de los años 50. Es totalmente imaginario.

“(…) Pinta la epopeya azteca. Mi mamá es la primera que lo hace. Después lo hicieron otros, pero de una manera muy unilateral y acartonada, o sin sentido. La culpa… es uno de los mejores cuentos de Elena Garro porque es la única escritora mexicana que recrea, con una intuición extraña, el drama de la caída de la gran Tenochtitlán. Lo hace sin rabia contra los españoles, o desprecio contra los indios. Es muy imparcial. El cuento es desgarrador. Tiene imágenes inesperadas y totalmente novedosas como esta: ‘Afuera la noche desdibujaba a las rosas del jardín y ensombrecía a las higueras’.

“(…) Es un cuento de amor con un final feliz. Para mí es un misterio extraño cómo Elena Garro pudo describir tan bien el tiempo azteca (…). Este texto no está sacado de una vivencia. Es una intuición increíble de Elena Garro, porque parece muy real. Uno lo vive. Llora.”

Link a original:
http://www.proceso.com.mx/columna.html?col=9&nta=48756&ncol=adelanto+de+libros