Escritores y dramaturgos llaman a revalorar la obra de Elena Garro


Cecilia Rosen / Agencia Reforma

Ciudad de México

La obra de Elena Garro debe ser editada y representada en el teatro, ya que su sabiduría y sensibilidad podría arrojar nuevas luces al teatro mexicano, según dijo el presidente de la Sociedad General de Escritores Mexicanos, Víctor Hugo Rascón Banda.


“¿Por qué no tiene seguidores su obra y no se representa constantemente, como El gesticulador, de Rodolfo Usigli, que es tan importante como ésta (Felipe Ángeles, de Garro)?”, preguntó el escritor durante su intervención en la clausura del Coloquio Internacional Homenaje a Elena Garro: 50 Aniversario de su Dramaturgia.
“Por desgracia, su vida, sus desafortunadas intervenciones en la política y su complejo matrimonio con Octavio Paz, le han dado una ruidosa fama que no merece y que ha obligado a la polémica sobre su actuación personal y no al análisis agudo de su trabajo artístico”, dijo René Avilés Fabila.


La dramaturga Estela Leñero, Patricia Rosas Lopátegui –biógrafa de Garro– y la escritora María Luisa Mendoza, también presentes en el acto, coincidieron en señalar la importancia histórica de la obra teatral más conocida de Garro, Felipe Ángeles.


“Ahora, el libro de Felipe Ángeles está publicado, pero era antes era bastante desconocido, así que Garro encontró en esta obra un atractivo para manifestar sus inquietudes y proyectarlas en el álter ego del personaje”, dijo Leñero.


Rascón Banda calificó la obra como la más representativa del teatro del movimiento armado, mientras que Leñero rescató los elementos retomados por Garro de la tragedia clásica que, dijo, describieron la otra cara de la “historia oficial que poco realce otorgó a la figura de Ángeles en la Revolución Mexicana”.


Rosas calificó a Garro, autora de obras como Los recuerdos del porvenir, Los pilares de Doña Blanca y La dama boba, como la sor Juana del siglo veinte y maga de la palabra.


“Una mujer que no se dejó deslumbrar por el espejismo de la fama y el poder, como para que no olvidáramos nuestra historia, el rostro milenario de nuestro pueblo, la inequidad de género que destruye a mujeres y hombres, esos males que aquejan a la condición humana”, dijo Rosas Lopátegui.


René Avilés habló de cómo la obra de Garro Paz apenas ha sido estudiada, “con frecuencia bajo la presión de su biografía personal” la cual, dijo, no ha sabido reconocer lo revolucionario de la dramaturgia de la autora.
“No aceptó de modo alguno la modernidad, y vivió oculta o semioculta de los peligros que la acechaban, protegida por la literatura, escribiendo teatro y prosa narrativa”, leyó Ávila durante su intervención.


Por eso, dijo Rascón Banda, es fundamental para los escritores y dramaturgos actuales difundir la obra de la escritora mexicana, “a la que hay que recordar como escritora, y no como el fantasma huyendo por Europa, ni como el doloroso y conmovedor personaje que ella se construyó en Cuernavaca”.


Además, dijo que la obra de Elena Garro es “única, inquietante, original, perturbadora, rompió con el teatro costumbrista e inauguró el realismo mágico en el teatro”, concluyó Rascón Banda, cuya participación le otorgó un prolongado aplauso del público presente en el Palacio de Bellas Artes.

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